Lugar que ahora visito sólo por fuera,
donde habita otra silueta, sé que ya no está vacía.
Y mirándote, me intriga el presente.
Y me pregunto qué habrás hecho con cada cuarto,
donde cada pared era mía,
donde cada noche yo apagaba las luces y el miedo no existía.
Pero quisiera saber si ahora,
estando tras estas rejas que crecen día con día,
queda de mí algún color todavía.
Algo que te recuerde a qué sabía tu vida con la mía.
Algún sabor cercano a la melancolía,
al deseo intenso y a las caricias fundidas.
Una sombra paralela y ajena, aunque sea,
del laberinto inmenso del que hoy,
en mi soledad, aún no encuentro la salida.