martes, 27 de diciembre de 2016

A puños abiertos


Hoy no quiero verte.
Y quizá sea así por los próximos meses.
Me he perdido ya entre tantas miradas que no creo reconocerte.

Te extraño pero no me haces falta.
He descubierto cómodos silencios y vacíos tan llenos
que no necesitan ni un suspiro de recuerdos para sentirse completos;
como mar en calma,
como conciencias tranquilas,
como el nacer de una flama.

Y creo que te quise tanto que ya hasta te he olvidado.
Te has disipado entre otros secretos,
sentimientos viajeros, destellos etéreos.
Entre los pasos que he dado con rumbo perdido,
entre caídas sin miedo y profundos anhelos.
Ya sin remordimientos.
Sin por qués y sin preguntas.
Sin más razón que una mente indecisa;
esa que decidió cuando menos me di cuenta,
cuando estaba lejos de lo que abrazaba,
a kilómetros de promesas calladas,
de mentiras un tanto ciertas por decirlas en voz alta,
de esas que esperas se materialicen de las palabras,
que se sientan tan cálidas sobre la piel
y que calmen de la soledad toda su sed.

Hoy ya no hay más.
Un lienzo blanco,
notas distantes de algún piano que invita al descanso.
A desaparecer por un rato,
a dejar todo lo que ayer hubiéramos cambiado
por un instante como éste, tan repleto de todo,
desbordante ambición entre los dedos que, como agua,
nos dejará apenas con gotas de nada.






miércoles, 2 de noviembre de 2016

Marchar


Te vas así, sin más.
Te dejas ir, ya no estás.

Sin el intercambio de destellos breves,
sin tus palabras graves y sin el eco de mi nombre.

Me olvidas tan fácil
como cuando me recuerdas cada luna llena,
cuando yo también ya he olvidado tu ausencia.

Y me parece de nuevo tan familiar tu boca,
tus gestos que apenas el tiempo roza,
y tu cuerpo que al intentarlo tocar
estará cada vez más lejos, etéreo.

Te vas así, fugaz.
Pero estando aquí,
en medio de esta familiar oscuridad
puedo decir por fin, y con toda seguridad,
que me he liberado de lo poco que quedaba ya.

Pues la certeza me ha dicho,
mientras surgían las primeras luces del crepúsculo,
que ya no vas a regresar.




Nunca más.



miércoles, 29 de junio de 2016

De futuras certezas.


Sé de horizontes que quieren conocer el de tus ojos.
De historias a medias, de pequeñas tragedias.
De mundos que serán conquistados por tus pasos.
De palabras perdidas, casi desiertas
y de cielos creados en la Tierra.

Sé de mapas que no caben en la palma de tu mano,
de tesoros escondidos tras futuras miradas.
De corazones hechos cartas,
de botellas que naufragan,
de amores correspondidos a mares de distancia.

Sé de luces solitarias
y de momentos en aleteos.
De memorias entintadas
sobre pieles de acero y susurros al viento.

Sé de profecías.
De la perfecta sincronía entre la luna y tus días.
De madrugadas que pasan las noches en vela,
de latidos frágiles con nostalgia de ausencia.

Sé de ti.
Del breve destello que deja tu vida cuando logras salir,
de ti mismo, de lo que eras.
De los viajes que hiciste en sueños,
los que siempre viviste con ojos abiertos.

Sé que escribiste más de lo que imaginabas,
para esta vez permanecer despierto,
bailar a tu ritmo y disfrutar del silencio.

Sé que te faltarán letras y algún otro verso,
para llenar los vacíos,
imprimir escalofríos.
Que arderá el papel con la línea del atardecer.
Que de las cenizas que sueltan tus dedos
volverás a renacer.



Realidad


Si pasamos tanto tiempo sin hablarnos,
si tu sonrisa aparece sin la mía,
si olvidas mi existencia de a ratos;
quizás no nos necesitamos tanto.




miércoles, 25 de mayo de 2016

Marea

Los granos de arena son neutros.
Ninguno piensa en cuál caerá primero,
en si tocarán fondo.

Su libertad está comprada en segundos,
y no se dan cuenta de que ellos llevan el tiempo.
Y que si quisieran dejar de hacerlo,
la gravedad los obligaría de nuevo.
Junto con la fuerza suprema que gira los soles
cuando siente un vacío, un desequilibrio.
En la desesperación de tener otro intento,
segundas oportunidades para revertir el tiempo.

Para volvernos más viejos en errores eternos;
y continuar el cauce de horas tan líquidas
como las lágrimas que corrían hace meses
cuando querías detener los días.
Y cuestionaste a la mano creadora cómo se calcula la vida.
Cuánta arena se necesita para llegar a la salida.
Cuánto pesa una mentira cuando falta valentía,
cuando rompes los cristales para que escapen los instantes.

Pero nada cambia, sale el sol otra vez cada mañana.
Y el mar que te ahogaba lo han limpiado las olas.
Las que te dejaron así, náufrago en secreto.
A la orilla de las rocas, tendido en la arena.

Con la misma lluvia de sal sobre tu cabeza.





// No estoy muy segura de por qué explicaré un poco este poema, tal vez porque disfruté mucho imaginarlo. 

  Pensé en la vida como si la viviéramos dentro de un reloj de arena, que tiene una duración indefinida; así como podrían ser días, podría ser la vida misma.

  En cómo llenamos el espacio y cada momento con lo que hacemos, lo que sentimos y queremos, hasta el punto en que nos falta el aire y queremos escapar por un tiempo. Pero justo antes de ahogarnos, alguien/algo le da la vuelta a nuestra percepción o a la situación y creemos que estamos empezando de nuevo. Pero generalmente se seguirá repitiendo el mismo ciclo. Así que el miedo sólo debería ayudarnos como advertencia para revalorar la vida; pues subirá y bajará la marea de manera indistinta.


jueves, 12 de mayo de 2016

Tráfico

No diré que te extraño
porque en realidad no lo hago.
Porque ya no sé muy bien quién eres,
y sé que tú tampoco me reconocerías
si me cuelo en tu mente,
si mi voz cantara tu nombre
o si mis dedos acariciaran tu frente.

Maduraron las ilusiones.
Empezaron a soñar con realidades recurrentes.
A diario me dictan una historia que ya no te contempla,
que se cansó de inventarte excusas, espacios blancos,
donde escribirías una tarde: "No dejo de pensarte",
que se escondiera en un  "¿dónde has estado desde ese verano?".

Y aunque no te extraño, quisiera encontrarte.
Pero ya no creo que exista un camino que siga tus pasos.
Sería un intento de llegar a quien creo que eres para vagar un rato,
para llegar a ningún lado.
Para perderme, para perderte; por días, semanas y meses.

Hasta que me encuentre una vez más
de camino a casa manejando.
Y cruces en silencio la calle del recuerdo
y me dejes aquí, mucho antes de que cambie la luz roja;
llevando mi corazón a un lugar lejano
donde sé que no estamos,
donde no hayan pasado los años,
donde pueda tocarte y besarte despacio,
donde jamás fuimos extraños.




lunes, 25 de abril de 2016

Gravitación

No culpo a la locura.

Las tres de la mañana, la noche eterna que al final se acaba.

Miradas.

Cerveza que vuela como el humo que la atraviesa.
Instante de luces, silencio y limón.
De voces sin nombres, de calor.

La improvisación perfecta,
razón de sobra en un oscuro resplandor.

Frenética pasión,
tranquila convicción:
flotar y rodear tu cuello,
libertad en un beso.







miércoles, 6 de enero de 2016

Secreto

Por las noches,
al apagar todas las luces,
sigo pensando en ti 
para también apagar el miedo,
para conciliar el sueño.

Pero eso no necesitas saberlo.

Esto no es un poema


Estoy cansada.
Hace mucho tiempo no lloraba tanto como lo he hecho en estas dos semanas; bueno, quizás sí, hace dos años. Ha sido complicado. Mi mente me odia (sin odiarme) ya bastante por jugar con ella, y se venga sin querer (porque no creemos en el rencor ni en la venganza), así que ella también juega conmigo.

Quisiera tanto poder encontrarme con quien fui hace casi tres años, para abrazarme a mí misma y pedirme perdón por no poder volar de nuevo. Pedirle perdón porque yo, como ella, lo intenté muy bien. O muy mal, porque tampoco creemos en eso de "intentar". Porque, al final de una batalla interna, ¿quién gana esa lucha? Y quien pierde, ¿qué pierde? Si es que algo le queda. 

Justo hoy pude olvidarme por unas horas de mí, de mis decisiones y de esta noche. Me recosté en el pasto y miré un avión atravesar las nubes. Y, a pesar de estar en el mismo cielo, un ave volaba lejos. Me pregunté quién sería más libre, si el ave o el avión; aunque ahora entre las opciones me incluyo yo. Pero dejaré esa y otras respuestas abiertas, porque esta libertad últimamente sabe mucho a sal, a batallas que jamás daré por perdidas y a limpiezas un tanto inútiles, pues no sé si van a sanar.

He estado recogiendo trozos de ilusiones y de un corazón roto desde hace unos días,  y no con la intención de unirlos, pero sí de tomarlos en mis manos, de recordar que son míos y de soltarlos al viento cuando me sienta lista para hacerlo. Espero de vez en cuando seguirlos respirando, porque mi sonrisa merece salir un poco más a ésta y a otras ciudades. Merece aparecer en las mañanas antes de desayunar o de ver otras caras.

"Merecemos más." "¿Cuánto es eso?" Me pregunta una voz cada que lo pienso. Y creo que merecemos todo lo que amamos, lo que nos ama y lo que soñamos. Y el día que podamos volar de este lugar a buscar una nueva libertad, nos van a sobrar alas. Quiero creer que merezco eso, junto con muchos más abrazos sinceros como el que acaba de darme mi hermano cuando comenzaba a escribir esto.

La vida es más que esta noche, que estas lágrimas, que las monedas que le ponen precio al carajo y hasta a lo que no sabe nada del dinero. Como sea, buscaremos una forma de ser felices mis inconformidades, mis sueños y la justicia que en mi corazón no ha muerto. Cada día haremos las cosas y dejaremos de lado los intentos.

Buenas noches,
aunque no sea la mejor forma de hacerlo.

Hola (:

Hace unos días empecé a mover estas palabras a un nuevo lugar, y también a escribir nuevas por allá. Así que, si me quieres seguir leyendo, ...