martes, 27 de diciembre de 2016

A puños abiertos


Hoy no quiero verte.
Y quizá sea así por los próximos meses.
Me he perdido ya entre tantas miradas que no creo reconocerte.

Te extraño pero no me haces falta.
He descubierto cómodos silencios y vacíos tan llenos
que no necesitan ni un suspiro de recuerdos para sentirse completos;
como mar en calma,
como conciencias tranquilas,
como el nacer de una flama.

Y creo que te quise tanto que ya hasta te he olvidado.
Te has disipado entre otros secretos,
sentimientos viajeros, destellos etéreos.
Entre los pasos que he dado con rumbo perdido,
entre caídas sin miedo y profundos anhelos.
Ya sin remordimientos.
Sin por qués y sin preguntas.
Sin más razón que una mente indecisa;
esa que decidió cuando menos me di cuenta,
cuando estaba lejos de lo que abrazaba,
a kilómetros de promesas calladas,
de mentiras un tanto ciertas por decirlas en voz alta,
de esas que esperas se materialicen de las palabras,
que se sientan tan cálidas sobre la piel
y que calmen de la soledad toda su sed.

Hoy ya no hay más.
Un lienzo blanco,
notas distantes de algún piano que invita al descanso.
A desaparecer por un rato,
a dejar todo lo que ayer hubiéramos cambiado
por un instante como éste, tan repleto de todo,
desbordante ambición entre los dedos que, como agua,
nos dejará apenas con gotas de nada.






Hola (:

Hace unos días empecé a mover estas palabras a un nuevo lugar, y también a escribir nuevas por allá. Así que, si me quieres seguir leyendo, ...