miércoles, 25 de mayo de 2016

Marea

Los granos de arena son neutros.
Ninguno piensa en cuál caerá primero,
en si tocarán fondo.

Su libertad está comprada en segundos,
y no se dan cuenta de que ellos llevan el tiempo.
Y que si quisieran dejar de hacerlo,
la gravedad los obligaría de nuevo.
Junto con la fuerza suprema que gira los soles
cuando siente un vacío, un desequilibrio.
En la desesperación de tener otro intento,
segundas oportunidades para revertir el tiempo.

Para volvernos más viejos en errores eternos;
y continuar el cauce de horas tan líquidas
como las lágrimas que corrían hace meses
cuando querías detener los días.
Y cuestionaste a la mano creadora cómo se calcula la vida.
Cuánta arena se necesita para llegar a la salida.
Cuánto pesa una mentira cuando falta valentía,
cuando rompes los cristales para que escapen los instantes.

Pero nada cambia, sale el sol otra vez cada mañana.
Y el mar que te ahogaba lo han limpiado las olas.
Las que te dejaron así, náufrago en secreto.
A la orilla de las rocas, tendido en la arena.

Con la misma lluvia de sal sobre tu cabeza.





// No estoy muy segura de por qué explicaré un poco este poema, tal vez porque disfruté mucho imaginarlo. 

  Pensé en la vida como si la viviéramos dentro de un reloj de arena, que tiene una duración indefinida; así como podrían ser días, podría ser la vida misma.

  En cómo llenamos el espacio y cada momento con lo que hacemos, lo que sentimos y queremos, hasta el punto en que nos falta el aire y queremos escapar por un tiempo. Pero justo antes de ahogarnos, alguien/algo le da la vuelta a nuestra percepción o a la situación y creemos que estamos empezando de nuevo. Pero generalmente se seguirá repitiendo el mismo ciclo. Así que el miedo sólo debería ayudarnos como advertencia para revalorar la vida; pues subirá y bajará la marea de manera indistinta.


Hola (:

Hace unos días empecé a mover estas palabras a un nuevo lugar, y también a escribir nuevas por allá. Así que, si me quieres seguir leyendo, ...