lunes, 2 de marzo de 2020

Estado constante


Que nos siga queriendo el amor,
cada día y cada hora.

De enero a diciembre,
de domingo a sábado (y por favor, más los lunes).

Antes de despertar,
de salir de la cama
para cubrirnos de ruido y de ciudad,
antes de que suene la alarma.

Ahí, desde una alterna realidad,
casi a punto de caer,
en la incertidumbre de no saber
si son las siete o las seis
ni mucho menos qué día es.

Que nos siga sonriendo el amor,
que nos recuerde que somos valientes
y que enamorarse puede ser un estado constante
que no requiere de momentos especiales para expresarse.

Que no pide promesas ni compromisos tan grandes.
Porque de vez en cuando a todos nos hace falta
dormir juntos para compartir las mañanas.

Y esta vez ya sin tantas palabras.

Porque antes de lo que uno espera,
lo que se da seguro regresa (siempre viene de vuelta).
Con un sabor que lo llena todo y nos deja un poco más locos.
Con tanta paz y a la vez con mucha más hambre, ¿sabes cómo?

Con mayor paciencia para llegar al siguiente capítulo,
pero igual y con ganas de cambiar de libro.

Quizá sólo por unas páginas,
sólo por quince minutos,
por las doce estaciones que quedan delante,
por lo que duran los besos o en lo que se olvida el recuerdo.

O quizá...



Septiembre 2019 - Marzo 2020

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Hace unos días empecé a mover estas palabras a un nuevo lugar, y también a escribir nuevas por allá. Así que, si me quieres seguir leyendo, ...