miércoles, 2 de noviembre de 2016

Marchar


Te vas así, sin más.
Te dejas ir, ya no estás.

Sin el intercambio de destellos breves,
sin tus palabras graves y sin el eco de mi nombre.

Me olvidas tan fácil
como cuando me recuerdas cada luna llena,
cuando yo también ya he olvidado tu ausencia.

Y me parece de nuevo tan familiar tu boca,
tus gestos que apenas el tiempo roza,
y tu cuerpo que al intentarlo tocar
estará cada vez más lejos, etéreo.

Te vas así, fugaz.
Pero estando aquí,
en medio de esta familiar oscuridad
puedo decir por fin, y con toda seguridad,
que me he liberado de lo poco que quedaba ya.

Pues la certeza me ha dicho,
mientras surgían las primeras luces del crepúsculo,
que ya no vas a regresar.




Nunca más.



Hola (:

Hace unos días empecé a mover estas palabras a un nuevo lugar, y también a escribir nuevas por allá. Así que, si me quieres seguir leyendo, ...