Y creo entonces que, pensándolo bien,
lo peor que podría pasarte al saltar al vacío
sería que el aire se esfumara.
Que la gravedad te rebotara,
que no sientas nada.
Que la adrenalina no exista,
que no te falte el aire,
que no caigas,
que no te pierdas.
Pues si decides lanzarte,
el mayor daño a sufrir
sería no enamorarte.
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