Ella es hermosa.
Y no sólo porque la mires o te haga sentir mariposas.
Es esa manera en que admiras su belleza y no piensas en otra cosa.
Escribes su nombre en tu cabeza.
Cada letra se pronuncia como notas en sintonía.
La miras, ¿qué miras?
Piensas que algún día quizás la quieras.
Y el mundo no se detiene,
y el tiempo no corre más deprisa.
Mas tu corazón hace ambas cosas y se dibuja una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario